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Puertopadrense

El encanto de Vázquez

El encanto de Vázquez

Por: Julián Puig Hernández.

De paso de Las Tunas para Puerto Padre está el poblado de Vázquez, el asentamiento poblacional más grande que tiene el municipio después de la Villa Azul.

Se encuentra, este lugar, a dieciocho kilómetros al oeste y tiene una estructura social muy parecida a la de algunos municipios de la provincia pues dispone de farmacia, red de comercio minorista en alimentos y productos industriales (de las dos monedas), hogar materno, policlínico, cine, casa de cultura, biblioteca, hogar de ancianos, varios servicios de gastronomía y de enseres menores, representaciones de la Unión Eléctrica y de la Empresa de Telecomunicaciones, así como un taller textil y una empresa agropecuaria, entre otras instituciones sociales y religiosas.

Vázquez tuvo un ramal de ferrocarril que le pasaba por el centro y le daba un toque especial, porque los vehículos debían detenerse ante las exigencias de una locomotora o una simple chispa, que son esos aparatos ligeros tripulados por pocas personas a la intemperie y que pasan raudos. Es una lástima que ya no esté esa vía, aunque se mantienen las otras por donde se presta servicio ferroviario, de pasajeros y de carga de caña principalmente.

Diferente a otros poblados, que tradicionalmente tienen su iglesia cerca del parque, aquí está esa plaza frente al Cine, la panadería, la terminal ferro-ómnibus, el servicio de correos y hasta la casa de los ancianos; la iglesia más concurrida no es católica sino evangélica y se encuentra cerca del taller textil, justo a un costado de la carretera.

Al norte del poblado está el estadio de béisbol, donde lo mismo se golpea la pelota con un bate auténtico que con un trozo de madero sin pulir, lo importante es que allí los lugareños se forjan como verdaderos peloteros pues, en honor a la verdad, no es el atuendo lo que hace al monje.

Por estos días ha llovido mucho y no es casual que un lugareño te afirme que si una rana se orina en Vázquez las calles se ponen intransitables. Es como una metáfora pero que tiene de fondo la justificante de la fertilidad de sus tierras porque, es muy cierto, está aquí la meca de la agricultura puertopadrense y ¿por qué no?, de la provincia de Las Tunas.

En este hermoso paraje nació la poetisa María Liliana Celorrio quien siempre, en sus incontables presentaciones, tanto en la prensa plana como en la televisión y la radio, hace referencia a su niñez campestre y pura.

Aquí, día a día y en virtud de las nuevas leyes que entregan la tierra a quien mejor sepa darle utilidad, se hace el prodigio de dotar los campos de un verdor especial con el indudable encanto que tiene la gama de este color.

A lo lejos puede verse el manso buey haciendo un surco largo y profundo de donde saldrá el fruto que sustentará a los hogares más exigentes.

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