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Puertopadrense

A los héroes se les recuerda sin llanto

A los héroes se les recuerda sin llanto

Por: Julián Puig Hernández.

Una vez más la trompeta entona las notas del toque de atiendan todos y los presentes en el panteón de los caídos en defensa de la patria, hacen silencio. Es la muestra inequívoca de reverencia y respeto, un saludo que viene de lo más profundo de cada ser humano digno.

Dos soldados, con pasos firmes y ceremoniales, alzan una gran corona de flores para colocarla allí, donde reposan los restos de quienes dieron la vida por una patria independiente y auténticamente cubana.

Un día como hoy se recuerda a lo más alto del panteón de los que cayeron por la patria, al Lugar Teniente General Antonio Maceo y Grajales, quien cayera en combate cuando concluía su misión de llevar la guerra independentista desde el irredento oriente de Cuba hasta los confines del occidente. Cayó su cuerpo, corpulento, magnánimo y fiero; pero no su pensamiento ni el honor que lo sostuvo hasta sus últimos días.

Después le siguieron otros, por los mismos senderos del sacrificio y el altruismo, y dieron su vida, no sólo en nuestro país, sino allá donde la humanidad tiene sed de libertad y la voz de los desposeídos ha sido callada, donde miles mueren de hambre y enfermedades curables, donde se forja, aún con el silencio del látigo esclavizador, que no puede callar la verdad, un sueño que haga brotar espontáneamente la sonrisa de niños, jóvenes y adultos, enmudecidos por la explotación del gran monopolio mundial.

A los héroes, dijo la inmensa Sara González, se les recuerda sin llanto. Sólo se escucha, luego de la trompeta, el redoblante y la marcha de los soldados que llevan la ofrenda. Es una mezcla de dolor y decoro, es una reverencia y a la vez el compromiso de ocupar un nicho, si la patria nos convoca.

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