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Puertopadrense

La higiene social comienza en el barrio

La higiene social comienza en el barrio

Por: Julián Puig Hernández.

Nos son comunes las visitas de los integrantes de la campaña contra el mosquito Aedes Aegypti, llevan años haciéndolo y se convierten de hecho en parte de nuestra cotidianidad.

Detrás de cada puerta está el chequeo sistemático a la vivienda y se reflejan allí todas las particularidades. Es como un expediente sencillo que cuelga como una constancia irresoluta y después viene la sugerencia para continuar haciendo lo que ellos recomiendan.

Pero en nuestro derredor no siempre el panorama es tan ingenuo dado que vivimos en un país de clima tropical, proclive a la proliferación de insectos y roedores que ven nuestras casas como principales proveedores de alimentos.

Si le sumamos a ello que en no pocas ocasiones falla el recogedor de basuras y comienzan a amontonarse los desperdicios en una esquina del barrio, nos asalta la duda de si realmente los integrantes de una campaña pueden hacer su labor eficientemente olvidando el buen concurso de la comunidad.

Para los que viven en otras regiones esto parecerá un poco fuera de lugar; pero los cubanos radicados en el archipiélago tenemos una forma de ser diferente, nos crecemos en la cultura de la comunidad y por eso, cuando las organizaciones sociales y de masas hacen un llamado a eliminar vertederos participamos de manera rápida, porque tenemos la conciencia clara de que los resultados redundan a nuestro favor. Puede que algún lector diga, eso corresponde a la gobernación, y es verdad, sólo que aquí nosotros somos la gobernación ¿está claro?.

En esta temporada de ciclones urge mantener en activo las orientaciones de la Defensa Civil, que no son cuando los vientos estén sobre nuestras cabezas partiendo ramas de árboles, sino mucho antes de que eso suceda, porque el objetivo es evitar el problema antes de que suceda.

Cuando uno ve revoloteando a una cucaracha no sólo significa de que pronto va a llover, sino de que tenemos un insecto con su familia muy cerca de casa y con ello los ataques naturales a nuestra salud. ¿Dónde vive? Hay que encontrar eso. ¿Por qué vive ahí? Porque se lo permitimos.

Es por eso que nuestro comentario redunda en que la higiene social comienza en el barrio, donde viven los niños, los ancianos enfermos, la familia que nos distingue y que es parte de una familia mayor: justamente nuestro barrio.

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