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Puertopadrense

Jorge, el viticultor

Jorge, el viticultor

Por: Julián Puig Hernández.

Al este de Puerto Padre, Jorge Félix García Velázquez, ingeniero agrónomo, graduado en el año 1991, en Las Tunas, tiene una parcela de tierra destinada al cultivo de la uva.

Lleva 15 años dedicados a esta experiencia y la aprendió en Güira de Melena, tierras del sur habanero famosas por la calidad de sus tierras no sólo para este cultivo sino para todo cuanto “huela” a ese suelo prodigioso.

“Yo soy de los beneficiados por la Revolución con la Resolución 259 y me dieron un área de 2,3 hectáreas específicamente para el cultivo de la uva”, me dice al mostrarme un tramo de su conuco que visité hace algún tiempo cuando sólo era un montón de yerba donde predominaba el mosquito.

Actualmente este profesional tiene más de setecientas matas de uva, de ellas, la uva chiquita, como le dicen en Puerto Padre, pero que se llama Viti Estivali, es la menos explotada en su parcela; pero también tiene la uva grande, la nombrada Aramón, de origen francesa, que es casi nula en el mercado del territorio.

Paralelo a ello dispone de dos mil plantas de rosas, intercaladas dentro de las carreras de uva, que además de servirle como modesto ingreso, permite que exista un equilibrio ecológico entre los golosos bichos de todo tipo que allí abundan.

“Este es un proyecto que es netamente familiar, porque mi hermana hoy por hoy está cumpliendo misión internacionalista y es un pilar fundamental desde el inicio, y entonces está mi esposa, mi mamá, mi sobrina y el cuñado, todos tienen su compromiso de trabajo y de estudio, pero en sus tiempos libres apoyan el proyecto”, me dice como para dejar claro que estos resultados no son fruto de un egocentrismo que no va a tono con su incuestionable modestia.

Pero en honor a la verdad me agrega al repetirle la pregunta “Muchos amigos que han venido y han aportado su granito de arena para que esto se mantenga dentro de lo normal”

Regularmente en Puerto Padre las personas siembran sus matas de uva y hacen una empalizada sobre la casa y allí mismo reciben los frutos; sin embargo aquí noto una nueva forma de hacerlo.

“Hay varios tipos de conducción, el cultivo como tal, ya todo el mundo conoce, la planta como tal tiene un crecimiento determinado y se necesita alambre para guiarlo y uno de los tipos de conducción es el parral, que es todo el que se hace tipo techo, que es la alambrada y ahí se van tejiendo los gajitos y entonces éste que tengo es tipo cerca, que la conducción se llama espaldera”. Las hileras son como cercas donde pueden observarse las hermosas pariciones.

Para este propósito dispone de dos pozos con buen volumen de agua que es el que están utilizando, pues este elemento es vital para su cultiva y esa zona, por suerte, dispone de buenas reservas de agua subterránea.

Los vinicultores de Puerto Padre, que tienen reconocimientos importantes por la calidad de sus vinos, disponen regularmente de sólo algunas plantas en sus casas; sin embargo, con esta experiencia de viticultura, vendría a fortalecerse un trabajo que tiene como avanzada la labor de los productores de vino y reforzaría ese importante empeño del municipio.

Contrario a lo que sucede en otros territorios, según la práctica de Jorge, los suelos puertopadrenses están contaminados con sales, por su cercanía con el mar, sin embargo ese particular de alguna manera fortalece el cultivo de esta milenaria y prodigiosa planta.

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