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Puertopadrense

La cólera en los tiempos del amor

La cólera en los tiempos del amor

Por: Julián Puig Hernández.

Reportan que “James Holmes, el presunto autor de la masacre de Aurora, Colorado, aparentemente se hizo de su arsenal con bastante facilidad. Algunas de las armas que poseía eran ilegales hace tan solo ocho años. Un proyecto de ley que está siendo estudiado por el Congreso podría volver a convertir en ilegales no las armas en sí, pero al menos a los cargadores de gran capacidad que permiten disparar balas rápidamente sin tener que detenerse a recargar el arma. Al parecer, Holmes adquirió la mayor parte de su armamento en los últimos meses. Es posible que, si hubiera leyes de control de armas razonables, que incluyeran la prohibición de cargadores de gran capacidad, muchas de las víctimas de Aurora que ahora están muertas o padecen heridas de gravedad estarían sanas y salvas”. 

A los cubanos de acá, noticias como estas nos aterran; pero aún más, nos dejan sin respuestas reales. No hay solución si se mantienen las causas; pero así es la teórica libertad para unos que limita la de otros. La Asociación del Rifle, con gran influencia gubernamental y política en Estados Unidos, no moverá un dedo para que eso cambie y siempre encontrarán un motivo para demostrar que las personas necesitan y tienen el derecho de defenderse…pero no se sabe de qué tienen que defenderse o no queda claro tampoco por qué están obligados o han sido obligados a hacerlo.

Los indignados todavía pueblan las calles de no pocas ciudades en el mundo, no en busca de otra cosa que empleo bien remunerado y saben que el dinero está ahí, en los bancos y no en otro planeta. Las promesas no dejan de ser medidas cosméticas y tendentes a ganar tiempo para buscar soluciones epidérmicas.

Por su parte, el cambio climático, con su fuerza destructora no ha delimitado entre ricos y pobres, da el tratamiento a todos por igual y quienes pasan la mayor parte del tiempo en oficinas refrigeradas o en viajes de placer por inusitados parajes del paupérrimo mundo que nos queda, ni por enterado se dan de un fenómeno que ya tiene una cuenta regresiva.

Si sumamos estos fenómenos de cólera humana y de la naturaleza nos damos cuenta de que estamos sentados sobre un polvorín pronto a explosionar; pero el amor existe y hay personas que pese a todo se levantan todos los días con la pasión de vivir, despejan de su aurea todo vestigio maligno que entorpezca el hermoso deseo de un mundo mejor.

Un sabio dijo, con mucha razón, que cuanto más oscura es la noche está más cerca el amanecer.

Sembremos el amor en cada parcela de nuestra comunidad, de nuestro propio ser y luchemos porque esta época de guerra y muerte, pase a ser un capítulo deshonroso que no podemos ni debemos repetir.

Ahora están los atletas más prominentes del mundo buscando un espacio en el medallero universal y otros también muy dignos, aguardan por justicia en cárceles inmerecidas, pero esperan con dignidad, no con piedad ni miedo, sino sabedores de una verdad absoluta: la impunidad ante el crimen debe cesar.

El mundo está revuelto; es cierto, pero nos toca a las mujeres y los hombres de buena voluntad, luchar por uno mejor y posible. De eso se trata.

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