Sépanlo bien esos traidores
Por: Julián Puig Hernández.
Hay que tener el alma bien pútrida para odiar a su propia patria, y los hay; mal cubanos, que los hay.
Causan pavor las imágenes de cuerpos calcinados por las bombas, el horror de niños carbonizados por la metralla, cuerpos de prisioneros maniatados en medio de charcos de sangre: eso duele, muchísimo, en lo más hondo.
No son sucesos viejos, todo lo contrario. Primero fue en Afganistán, luego en Irak y ahora en Libia. ¡Oh, carro insaciable de la muerte! Soldados jóvenes, envueltos en no se sabe qué ola de impudor, entrenados para matar. Los mandan desde sillas poltronas, desde donde los servicios satelitales sugieren blancos, para poner allí el tronar de lo último en armamentismo.
No son personas, sino monstruos. Se equivocan cuando aprietan el gatillo, demasiado erran y luego, cuando se les ordena, mandan a las cámaras de la televisión al más creíble, con cara de arrepentimiento, para lamentarse por la nefasta situación; pero no se detienen, continúan en su tren arrollador, que incluye no un país, sino varios, esos que estorban en “sus” plataformas petroleras.
Duele el nuevo siglo, trajo el dolor del pasado, donde el hombre insaciable heredó sus cavernícolas procederes.
Ahora andan por ahí, los malos cubanos, optando por esa receta para nuestro país, llamando a quórum a todos los desalmados, esos ciegos por el odio que no han ganado ninguna batalla en contra de la razón. Quieren, esos atolondrados por la insensatez, la intervención de la ONU en Cuba, para que llenen de luto nuestras calles, de sangre y de pavor.
No les basta con el bloqueo de medio siglo, que niega hasta las aspirinas a los enfermos cubanos, quieren una invasión autenticada por un organismo que traiciona su propia carta constitucional.
No les bastan los actos de terrorismo, un avión explosionado en pleno vuelo con civiles a bordo, bombas en centros nocturnos y hoteles, metrallas contra instalaciones turísticas, asesinato de diplomáticos en plena calle: quieren más.
No les basta Girón, Angola, Etiopía y otros países donde la dignidad se impuso al genocidio.
Sería realmente doloroso que la actual receta para los países bombardeados por las tropas de la ONU, liderados por Estados Unidos, se le aplique a un país que es, sin dudas, un baluarte en la lucha por la emancipación del hombre; pero si ese momento triste llegara irremediablemente, no se les esperará de rodillas ni con los brazos cruzados porque la dignidad no se negocia ni se mendiga. Sépanlo bien esos traidores.
Foto: euronews.net
1 comentario
Carlos Peña -