Hasta siempre Arturo Blanco
Arturo Blanco Espinosa ya no tiene vida cotidiana, movible, útil. Arturo murió este jueves, en la ciudad de Puerto Padre.
En los últimos años fue atacado por un cáncer, que, finalmente, puso su vida en reposo definitivo.
Arturo amó existir con intensidad; lidió por el mejoramiento durante muchos meses, incansable, voluntarioso, pero pudo menos que la enfermedad.
No quiso dejar la familia en llanto ni tristeza entre sus amigos; sin embargo, desde anoche los ojos lloran y la gente comenta la pérdida de Arturo.
Quienes le conocieron hablan de un ciudadano ejemplar, sobre todo ante el trabajo y la familia. Aseguran que permaneció 35 años en el sector bancario con plena honradez e hizo de la educación una armadura para el comportamiento diario.
Concibió los estudios de economía, finanzas, contabilidad o para dirigente, como objetos de bien de si propio, y también de viejos compañeros y jóvenes necesitados de nuevos saberes para dominar sus oficios.
Aunque por lo general fue hombre profesional en ciudades como La Habana, Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas, asimismo supo realizar labores agrícolas junto a sus padres, casi cuando era un adolescente.
En una apartada comunidad rural de Veguita, en la provincia de Granma, fue el lugar de nacimiento de Arturo Blanco Espinosa el 4 de abril de 1940.
A los 70 años de edad la vida de Arturo Blanco Espinosa dejó de ser diaria, movible, útil. Afligidos por la triste pérdida, familiares y amistades le dirán el último adiós hoy viernes en el Cementerio Municipal.
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