Aché son
Por: Julián Puig Hernández.
Puerto Padre, desde siempre, ha sido cuna de poetas y músicos. La historia lo ha demostrado. De los barrios vienen los improvisadores, y están esos que, escondidos en un rincón de su intimidad, hacen octavillas, endecasílabos o todo tipo de formas estróficas.
Con los músicos sucede otro tanto. La Academia Ignacio Cervantes cerró sus puertas hace dos décadas, sin embargo, aparecen de la noche a la mañana, jóvenes instrumentistas con indiscutible talento.
El Grupo Aché Son hizo sus primeras presentaciones profesionales en el Carnaval, con calidad e incuestionable valía desde el punto de vista técnico y con especial aceptación del público bailador.
El repertorio de estos nuevos valores anda por el Son, la Cumbia, el Merengue, la Plena, Salsa y el Bolero, este último es un género que poco a poco ha perdido los espacios que durante décadas mantuvo con especial preferencia.
En la Villa Azul, así como en Vázquez y Delicias pusieron a disposición del público su propuesta sonora que no por reincidente deja de ser tentadora.
Conforman esta agrupación Amaury Cortés Velázquez, como trompeta, vocalista y director general; Amado Puig Suárez, bajo, cantante y director musical; Manuel Ramón de la Rosa, trompetista, Orlando Reyes Márquez, cantante y percusionista menor; Amaury Cortés Pupo, saxofón y vocalista; Vladimir Navarro, trombón; Yaniel Nápoles e Ignacio Alberto García percusionistas; y Manuel Rivero Apú como pianista.
La agrupación tiene, entre sus miembros, antecedentes en la Banda Municipal de Conciertos, la orquesta Embajadores del Ritmo y el Conjunto Copacabana. Hay otros que disponen ahora de su primera prueba de fuego.
Aché Son fue audicionado, recientemente, y es el pasaporte que otorgan los peritos a aquellas agrupaciones que tienen el reto de hacer estremecer a las multitudes con el indiscutible sello de la profesionalidad.
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