A las plagas y las enfermedades de la agricultura, el corazón
Por: Julián Puig Hernández.
La persistencia es materia prima del triunfo. Los que abdican ante las dificultades, poco tienen que contar en su corto, pero necesario desandar por la vida.
En el maravilloso mundo de la agricultura, sobre todo en los momentos actuales, muchos productores han visto limitadas sus acciones por la impertinencia de plagas y enfermedades que dañan los cultivos.
Sin embargo, como bien dice la sentencia, nunca es tarde si la dicha llega; pero llega con el empeño, con esa fuerza interior que tienen las personas de bien para enfrentarse y crecerse ante las dificultades.
Por estos días, de manera espontanea, muchas personas realizan talleres informales para intercambiar experiencias que dan resultados muy positivos en la lucha contra las plagas y las enfermedades en la agricultura. Estas acciones no son con pesticidas industriales, sino con métodos agroecológicos que apuntalan de manera sustantiva la salud de los seres humanos.
En este empeño, juegan un papel importante los medios nacionales de comunicación, que han puesto a disposición de los agricultores fórmulas muy eficaces en este sentido, pero la misma praxis diaria le suma nuevas habilidades que potencian y hasta mejoran las fórmulas venidas de distintas latitudes del universo, por una razón muy simple: el hombre modifica su entorno y lo ajusta a sus necesidades más perentorias.
Aún cuando institucionalmente se crean las condiciones en el municipio de Puerto Padre para, mediante las organizaciones campesinas y la oficina de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, posibilitar una vía expedita para ese fin, agricultores de Puerto Padre, han sabido contactar con homólogos de Las Tunas, Jesús Menéndez y Velasco quienes a su vez conocen a otros ubicados en diferentes puntos de la geografía nacional. A este fenómeno lo apuntalan, en su afán de conocimiento, las experiencias ganadas en eventos internacionales que se celebran en Cuba, y que por suerte la región ha dispuesto de representantes.
La agricultura urbana, un proyecto nacido de los Comités de Defensa de la Revolución, al amparo del Ministerio de la Agricultura, fue una pieza muy eficaz en este entramado de conocimientos y de ahí surge la fuente nutricia que satisfizo las necesidades cognitivas en su momento, pero hoy el panorama es mucho más rico y abarcador, lo cual sin dudas es laudatorio.
Hemos visitado diferentes huertos familiares que son a la postre la génesis de la realidad que entusiasma en este momento y es, indefectiblemente, la evidencia de que el ser humano, bajo cualquier presión, nunca se deja vencer.
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