Cuando se acerca el cambio de era

 

Por: Julián Puig Hernández.

Por la televisión se trasmiten documentales muy interesantes sobre los efectos del cambio climático y logran preocupar a la teleaudiencia.

Los expertos en audiovisuales hacen estados comparativos y demuestran los especialistas que emiten su criterio cómo va depauperándose un clima que riposta con fuerza avasalladora.

Toda esta respuesta de la madre naturaleza, en consonancia con el abuso que protagoniza lo más cruel del ser humano, exige una conciencia ecológica poco entendible por los países pobres cuya población no tiene alternativas y tiene a poco los efectos desastrosos del tráfico de animales endémicos o la tala indiscriminada de bosques.

Pero es que son los países ricos los que disponen de tecnología y medios para proveer a esas regiones del planeta, sin embargo los recursos que pudieran muy bien destinarse a esos vitales menesteres, son utilizados en armamentos que aceleran la descomposición humana.

No obstante, los cubanos, que no estamos exentos de los efectos de esos desmanes, disponemos de programas de reforestación, no sólo de árboles maderables, sino también frutales que proveen de una dieta saludable y rica en vitaminas. Es un espacio chico dentro de la geografía mundial, pero urge poner un granito de arena y eso hacemos.

Por estos días se encuentran en Cuba los sabios mayas Rosalina Tuyuc, Faviana Cochoy Alva y Pedro Celestino Yac Noj quienes han traído una ofrenda al pueblo de Cuba, donde celebrarán uno de los últimos “fuegos sagrados” de su pueblo antes del cambio de era.

Es la primera vez que un acontecimiento de esta naturaleza tiene lugar en nuestro país lo cual debe considerarse una deferencia que se agradece. Una cultura tan profunda y fuerte como la maya puede proveernos de conocimientos incalculables, pero también de una conciencia nutricia de una nueva filosofía para observar e interpretar nuestro entorno y actuar en consecuencia.

Mientras no pocos en el mundo tiemblan ante la mala interpretación de las predicciones de esta cultura, que vaticina según algunos, el fin del universo, ellos apuestan por un cambio de mentalidad en la que los cubanos fomentamos una conciencia nueva.

Por lo pronto debemos reconsiderar nuestras acciones y comprender que este mundo pertenece a las nuevas generaciones de mujeres y hombres que poblarán el planeta y por lo tanto, nos lo prestaron, no nos pertenece, debemos cuidarlo cuál tesoro que es.

Como no lo hemos hecho del todo bien, ahora nos corresponde salvarlo y será con bombas de amor y grandeza, que hagan florecer los bosques y multiplicar los animales, grandes y chicos, descongestionar los mares y los ríos, para que sintamos la sangre de nuestras venas fluir como debiera hacerlo el universo todo.