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Emigrar: tan antiguo como la historia misma del hombre

Emigrar: tan antiguo como la historia misma del hombre

Por: Julián Puig Hernández.

Cientos de miles de noticias en el mundo hablan por estos días sobre la nueva política migratoria de Cuba, unos opinan de manera favorable y otros, era de esperar, ponen objeciones y no están conformes con las decisiones soberanas de un país.

Lo cierto es que emigrar forma parte de la dinámica misma de la vida del hombre, desde las cavernas hasta nuestros días, sólo que en la contemporaneidad, cuando se trata de Cuba, es distinto.

Pero sucede que las decisiones de un país soberano no son para congraciarse ni cumplir las exigencias de otro o de otros, de lo contrario perdería justamente su condición de soberano y ese es un precio demasiado alto para la dignidad, ese pilar donde se cimenta la ética de los pueblos.

Las nuevas regulaciones están contempladas dentro de los Lineamientos del Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, que fue un documento (es bueno recordarlo) que se discutió, no sólo en los núcleos del propio Partido, sino en los barrios y en los centros laborales, donde el pueblo tuvo la oportunidad de proponer modificaciones que luego fueron concienzudamente razonadas y discutidas. No sólo se habló de emigración, se incluyó todo lo necesario y útil para forjar una patria mejor y por eso no debía ser de otra manera que mediante el consenso. 

En este mundo de hoy, donde los países industrializados ejercen todo tipo de presiones sobre el resto, resulta sumamente difícil para no pocos países hacerse camino en medio de la penumbra, pero Cuba se ha fabricado su propia antorcha para no andarse con improvisaciones y caminar con paso firme. Tal vez parezca, para los tantos detractores, demasiado lento el proceso; pero no es así, y hay que verlo desde la óptica de quien camina con pasos propios y no acepta, por dignidad, los pies ajenos.

Que Cuba se abra al mundo en medio de una coyuntura internacional tan difícil, tanto en lo económico como en lo político y lo social, resulta obra de los que saben querer, de los que no cejan en el empeño de un futuro mejor no sólo para sí sino con todos y para el bien de todos.

No faltarán, con el tiempo, las modificaciones, tan útiles y necesarias, pero la harán los cubanos, sin imposiciones de ninguna índole ni presiones de cualquier tipo.

Sólo estarán, alrededor de la fragua, los que no han vendido su dignidad, y no son pocos.

3 comentarios

O. Oller -

A mi modo de ver, es de lo más revoluvionario que se haya adoptado en este siglo, entre otras tantas medidas que favorecen la solidez y el rumbo trazado en el VI Congreso del PCC. Siempre tendremos los detractores, y lo que se prestan para hacerles el juego a los que siempre han querido estrangularnos en lo económico, político, y lo social, frenando cualquier proyecto soberano. Es sabia la decisión, ajustada a una realidad que hace más sólidas nuestras conquista logradas.

maria herminia -

ASi es no importa emigrar solo el amor verdadero a nuestro Pais y nuestros principios el suelo donde uno nacio es como una madre o un hijo se le profesa un amor entranable e inclaudicable

ALEJANDRO -

QUE LINDO ARTICULO, HERMANO, PARA LOS CIEGOS QUE NO QUIEREN VER Y LOS SURDO QUE NO QUIEREN OIR.....PARA LOS PERROS QUE SIGUEN EL PERRO QUE LATRA MAS FUERTE......