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Puertopadrense

Terminado Mural de la Parroquia San José

Terminado Mural de la Parroquia San José

Por: Julián Puig Hernández.

Recientemente fue concluido el Mural a San José, en la parroquia que lleva ese nombre en la ciudad de Puerto Padre, obra que recayó en el artista Jhosvany Massó Labrada.

Según nos cuenta el autor, la idea fue del padre mexicano que laboró un tiempo en la Villa, Jorge Luís Sánchez Villareal, de la Orden San Agustín, el cual propuso hacer algo distintivo de los puertopadrenses en el templo.

Este mural tiene alrededor de 23 metros lineales por seis metros de alto; es decir, que hay alrededor de 94 metros cuadrados, debido a la respetuosidad de los arcos donde está enmarcado.

La primera escena que aparece es el desposorio, referido a cuando José y María se comprometen; continúa con el sueño de José, donde un ángel le dice que no tenga temor en aceptar a María. De ahí continúa el nacimiento, luego la presentación del niño en el templo, posteriormente la huida a Egipto, también aparece Jesús perdido y hallado en el templo, mientras en el centro está el Espíritu Santo, justo encima del altar.

Explicó Jhosvany que en principio se quería hacer de manera pictórica, pero luego se decidió al estilo bizantino y se utilizaron todos los colores, menos el rojo, y hubo que darle solución a algunos tonos debido a los límites de las carencias.

“Traté de hacer cosas de nosotros, con el arte bizantino, pero cosas de nosotros como todo buen puertopadrense. Creo que todo buen puertopadrense siempre añora ver el mar, el campanario, el pueblo como tal y yo traté de representarlo, por lo menos traté de que se viera, de hacer énfasis en estas cosas, hacer un San José nuestro no un San José de Venecia”

Hay que tener en cuenta que la arquitectura de este centro no es gótico ni muy antiguo sino de principios del pasado siglo, donde su mayor riqueza desde este punto de vista está en el campanario.

La obra demoró aproximadamente dieciocho meses, comenzó el 23 de marzo del pasado año y concluyó el 26 de septiembre del 2012. Durante este período hubo que enfrentar carencias de materiales, andamios y otros recursos que fueron adquiriéndose con el concurso de muchas personas, feligreses del templo o no; pero gente que se sumó con pasión a la obra.

Aquí trabajó gente común, bicitaxista, albañiles, utilitarios, pero con el interés de hacer una obra de bien colectivo.

Hay lozas que se compraron en Ciego de Ávila, Camagüey, La Habana, Holguín y otras que fueron aportaciones de recorterías, con colores necesarios para los balances cromáticos del trabajo.

Esta es la obra de mayor exigencia y rigor profesional que hasta el momento ha enfrentado el artista, quien tiene antecedentes, en Puerto Padre, en la Plaza Cultural Emiliano Salvador y La Rotonda.

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