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La América útil de Martí

La América útil de Martí

Randy Saborit  Mora

“No hay nada como la entrada de un hombre sincero en un periódico útil”; así se presentó José Martí en junio de 1883 ante el público de La América,  revista fundada en abril del año anterior como órgano de la Agencia Americana de Nueva York. 

El Maestro había empezado en marzo del ´83 como colaborador de esa publicación nacida para ayudar al fomento de la agricultura, la industria y el comercio en Hispanoamérica; y tres meses después ya estaba al frente de su sección de Letras. 

Para enero de 1884 -cuando comenzó a dirigir el mensuario- definió en el editorial “Los propósitos de La América bajo sus nuevos propietarios”: “No periódico queremos solamente que La América sea: sino una poderosa, trascendental y pura institución americana. Este es nuestro periódico de anuncios.” 

Al iniciarse como directivo demostró estar al tanto de las opiniones del público respecto al impreso. Refirió que unos querían que fuera estrictamente literario, a lo cual respondió: “piden los tiempos algo más que fábricas de imaginación y urdimbres de belleza”. 

Luego precisó: “De otras tierras desean que La América se convierta en el exponente serio, en el avisador prudente, en el explicador minucioso de las cuestiones fundamentales, y ya en punto de definición, que se presentan impacientes y dominantes a la América Española.” 

Aprovechó asimismo para reconocer en el citado texto de manera respetuosa a los Sres. E. Valiente & Co. porque “la fundaron, la acreditaron y lograron ponerla en campo aparte de esas fugaces publicaciones de anuncios”. 

En su opinión, se trataba de una empresa embrionaria y como un periódico de retazos, por tanto se propuso mejorarla: “Creemos que tenemos mucho que hacer: y pedimos a los países americanos que, con su ayuda cordial y efectiva, nos pongan en condiciones de hacer cuanto pensamos, y es preciso”. 

A juicio del periodista, era esencial la siembra de escuelas donde se enseñara electricidad, mecánica y oficios para facilitar el desarrollo autónomo de los países latinoamericanos. Exhortó a conocer las riquezas de la sección sur del continente americano y a evitar la copia acrítica de cualquier método de desarrollo foráneo. 

Para facilitar la suscripción aclaró a los lectores: “Los nuevos propietarios de La América ruegan a las personas ya suscritas a este periódico, o a los que reciban este número y deseen, que se sirvan indicarlo así a los agentes respectivos, o comunicar su deseo por carta a la casa editorial, 756 Broadway”. 

En el citado editorial el redactor precisó: “Definir, avisar, poner en guardia, revelar los secretos del éxito, en apariencia -y en apariencia sólo-, maravilloso de este país (Estados Unidos); facilitar con explicaciones compendiadas y oportunas y estudios sobre mejoras aplicables…”. 

Las dudas de los países hispanoamericanos -insistió-  debían evacuarse “con el mayor provecho general, con absoluto desentendimiento de toda pasión o provecho de personas, y con la mira siempre puesta en el desenvolvimiento de las artes prácticas, y el comercio inteligente, bases únicas de la grandeza y prosperidad de individuos y naciones.” 

El mensuario serviría de “auxiliar fidedigno de los productores de la América del Norte y de los compradores de la América del Sur”  para explicar el empleo de los “instrumentos de cultivo, de laboreo de minas anunciados en columnas de avisos”. 

Puntualizó que esos eran los propósitos presentes, y como el alba de los futuros de La América en la nueva época. De este modo trazó la línea programática de un proyecto editorial para todos los tiempos: “Sabemos que venimos en el instante en que una empresa de este orden debía venir. Hay provecho como hay peligro en la intimidad inevitable de las dos secciones del Continente Americano”. 

Desde las planas de la revista señaló la calidad de los productos latinoamericanos, con lo cual contribuía a levantar la autoestima de los suramericanos. Advirtió que las tierras de Nuestra América contaban con recursos naturales y humanos para poder alcanzar el desarrollo. 

Este periódico dirigido por Martí constituyó un observador vigilante de los trascendentales y crecientes intereses de la América Latina en la Sajona, como expuso el Maestro en su artículo “El tratado comercial entre los Estados Unidos y México”, en marzo de 1883. 

Según alertó,  “el tratado concierne a todos los pueblos de la América Latina que comercian con los Estados Unidos. No es el tratado en sí lo que atrae a tal grado la atención; sino a lo que viene tras él. Y no hablemos aquí de riesgos de orden político; a veces, el patriotismo es la locura; otras veces, como en México ahora, es más aun que la prudencia: es la cautela.” 

“Estados Unidos gana en el tratado, mientras los beneficios para México son para el futuro. Como el mercado de Estados Unidos no lo compra  todo, pueden vender el exceso de riqueza generado por el sistema prohibitivo. Penetran y dominan la economía mexicana al tiempo que  compiten con Europa”. 

En ese artículo examinó la diferencia de los beneficios para unos y otros. También enfocó cómo el privilegio de México repercutía de manera negativa en los demás pueblos de América, por ejemplo, en Cuba.

Por eso ahondó al interpretar la realidad: “Bien se sabe cómo crea maravillas, con su soplo de fuego, la vida moderna; tabaco, no parece que pueda producirlo México tan bueno como Cuba; pero azúcar sí puede producirlo tan bueno”. 

Se refirió a la asfixia para la Isla caribeña que representaba la monoproducción y la monoexportación. El tratado comercial de México con Estados Unidos, en su opinión, implicaría atraso para los demás países latinoamericanos porque estarían en desventaja económica. 

“Comete suicidio un pueblo el día en que fía su subsistencia a un solo fruto. México se salvará siempre, porque los cultiva todos”, sentenció. 

El periódico, mientras servía como puente entre compradores y vendedores, estudiaba la utilidad y eficacia de “los  artefactos americanos, de maquinaria sencilla y efectiva, de materiales de construcción, de objetos de todo orden…”El Sur necesitaba conocer los adelantos del Norte para aplicarlos a favor de su adelanto”. 

(Cubaperiodistas.cu)

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