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Puertopadrense

Idis tiene los ojos de mar

Idis tiene los ojos de mar

Por: Julián Puig Hernández.
 

De andar inquieto camina las calles polvorientas de su natal Boquerón, en busca de aventuras tal vez, esas que llegan como fruto de la eterna niñez de los elegidos, los que jamás dejan el sueño de espuma y caracolas, gaviotas propulsadas o pulpos emplumados.

Idis Parra Batista no es sólo jefa de la carrera de Estudios Socioculturales de la Universidad municipal, donde representa, además, a los trabajadores como Secretaria General de la sección sindical; es una de las principales protagonistas de Grupo Gestor del proyecto El Boquerón: un espacio azul para la cultura.

Hace poco, luego de un año de ausencia, regresó de Ciudad de la Habana, donde formó parte de un escogido claustro que instruyó a jóvenes estudiantes chinos, interesados en escribir y hablar el idioma Español. Aún con lo difícil de tal misión, volvió con insuflados bríos, los ojos más despiertos y prestos para otras encomiendas.

Ya la Editorial Sanlope, de Las Tunas, en el año 2007 había publicado, Acertijos y María Liliana Celorrio la incluyó en su antología poética Yo la peor de todas, al amparo de la editorial Unión, mientras en España aparecía su nombre en el libro Árbol de rimas, junto con otros poetas de la Villa Azul.

Ahora ella está en un libro titulado Panorama de la décima cubana, siglo XX “Esta cárcel de aire puro”, que es una antología de Waldo González López, publicado por la editorial Abril, con 301 poetas, que tienen cada uno 2 décimas.

Se le puede ver hecha un ovillo en un rincón, escribiendo versos, con los ojos clavados en una libreta minúscula, con letras más minúsculas aún. Está ahora interesada en otro proyecto: un libro de adivinanzas.

No es un cuaderno más entre tantos, son acertijos novedosos, todos con un tema único: el mar.

Trabaja mucho Idis, para su pueblo, alimentando el espíritu, que es también abonar el de los caídos, indicándonos que hacer es la mejor manera de decir.

Sus creaciones salen en los momentos que algunos consideran de ocio; pero que deja de ser así porque tal término no existe si se cumple algo supremo.

Cuando el nuevo libro esté concluido, no sólo los niños disfrutarán de él, porque no existe adulto sin una cuota prudente de niñez.

 

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