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Puertopadrense

A las madres hondureñas

A las madres hondureñas

Por: Julián Puig Hernández.

 

Los medios informativos internacionales trasmitieron las imágenes de mujeres hondureñas embravecidas con el golpe de estado en ese país. Puestas en un costado del camino por donde pasaban los soldados, los golpeaban con los bolsos, que eran las únicas armas en sus manos.

Ya en la calle, sin miedo, estaban ellas, se les ha visto miles de veces, poniendo su cuerpo, su vigor y entereza moral para enfrentarse a las fuerzas castrenses de la cúpula golpista.

La narradora y poetisa puertopadrense, María Liliana Celorrio, ha sido una de las tantas mujeres cubanas que ha visto las escenas, y concentrada ha trastocado su rol, para convertirse de espectadora en actuante.

La magia de la poesía le permite viajar por los entramados venosos de la digitalización, salir por la lente que allí, en el lugar de los hechos, toma las evidencias históricas.

Ha tenido a bien, para beneplácito de este espacio informativo, entregarnos este hermoso soneto que muestra a la poetisa en el escenario, como una más entre las tantas que hoy ponen en peligro su vida en pos de vindicar la dignidad nacional.

Discurso de las madres hondureñas

 

Mi pecho traigo, soldado, y tu metralla

con bolso maternal rompo en pedazos,

yo no te quiero infiel si mis abrazos

pueden trocarte en hijo, si me estalla

 

la cólera ancestral yo te reprendo,

me vuelvo madre-patria y no me olvido

como tú de lo justo; estás perdido,

y quiero que lo sepas: no me vendo,

 

ni la prebenda acepto de los ricos.

Pueden trocar mi cuerpo en un despojo,

pueden romper mi risa en mil añicos,

 

te obligo a que medites en tu ofensa.

Con mi bolso te rompo la vergüenza

poniendo seno y alma de baluarte!

 

María Liliana Celorrio, junio 29/2009

 

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