Valor y fidelidad en el Comandante Paco Cabrera
Por: Raúl Martes González.
La noche del 26 de enero desaparece en la oscuridad y da paso al nuevo día. Es 27 de enero de 1959. En el aeropuerto de Maiquetía, se ultiman los detalles para el regreso a la Isla del presidente cubano Fidel Castro Ruz y la delegación que le acompaña a la americana República de Venezuela.
Son las 12 y 55 antemeridiano. Calientan los motores en la larga pista. Un hombre recuerda haber dejado su ametralladora y baja del avión a buscarla. No se percata de que las hélices están en movimiento máximo. El cuerpo del guerrillero vigoroso choca y cae sin posibilidad de levantarse jamás. Su nombre es Francisco Cabrera Pupo.
La vida del Comandante guerrillero burló todas las veces posibles a la muerte por las balas, en la Sierra Maestra. 26 días después del Primero de Enero parecía que el peligro ya no era cierto.
Había nacido el 4 de diciembre de 1924 en La Aguadita, comunidad rural al noroeste del municipio. Allí aprendió a cortar caña, cuando el mayoral le daba la oportunidad, y a ir pocas veces a la escuela por falta de dinero para pagar las clases. Tanta era la pobreza familiar.
Paco, como le conocieron familiares, amistades y el pueblo, después, se incorpora al grupo del Movimiento 26 de Julio en las zonas de Pozo Prieto y Merchán a finales de 1955.
Cumple tareas de agitación y propaganda con el fin de incrementar las filas de los revolucionarios que deben combatir contra la dictadura de Fulgencio Batista Zaldívar, vende bonos para recaudar fondos y participa en acciones de sabotajes a la economía, hasta que es descubierto y perseguido.
En abril de 1957 va al encuentro de la pequeña tropa guerrillera, que opera en la Sierra Maestra con Fidel Castro Ruz al frente. Pronto se destaca por su disciplina, arrojo y fidelidad. Interviene en más de 30 combates.
En agosto de 1958 el mando rebelde lo designa escolta del Comandante en Jefe y después es ascendido al grado de Comandante en la Batalla de Maffo, preludio de la huída del dictador Batista.
El 23 de enero de 1959, Fidel llega a Venezuela, la primera nación que visita luego del triunfo de la Revolución Cubana. El Comandante Paco Cabrera lo acompaña al frente de la seguridad personal. En Maiquetía encuentra la muerte, pero ya había entregado toda su fidelidad a la causa del pueblo cubano.
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