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Puertopadrense

La fugacidad retenida en el aire

La fugacidad retenida en el aire

Por: Jorge Luís Peña Reyes.

Atrapar la palabra exacta en el tiempo preciso y con la imagen oportuna es el gran reto del repentismo.

Tendencia oral de la décima que deviene escuela y tradición desde que irrumpió en la escena lírica cubana el Indio Naborí en la década del cuarenta.

En su figura se unen su formación literaria, la elegancia y la rapidez convertidas en referencia, desde su promoción radial y televisiva e ícono de la poesía improvisada, al tiempo de publicar su primer libro de poemas (De bandurria y violín, en 1939).

El movimiento repentístico parte de él y la mejor tradición tiene que beber de sus aguas hasta nuestros días.

Desde etapa tan temprana como en MIL 952, Puerto Padre se convierte en un sitio de referencia por la llegada a la radio de Luis Rodríguez Almaguer, el Chino Velazqueño, figura cimera que improvisaba al son del tres y que se mantuvo durante treinta años en el programa fiesta guajira de la emisora municipal.

El Chino pronto se destacó por su gran capacidad retentiva al punto de ser llamado por Angelito Valiente y el propio Naborí la grabadora humana, pues llegó a memorizar décimas de 76 poetas cubanos y merecer los premios más importantes de la improvisación en el país, entre ellos el primer premio provincial en el concurso de pies forzados en la jornada cucalambeana del año 1976.

Otras figuras a partir de él establecieron importantes eslabones para que la décima y el verso improvisado tengan la continuidad y la fuerza que merece.

El grupo Iberoamericano Amigos de la décima Espinel Cucalambé es fundamental en el estudio de la improvisación, en Puerto Padre, por ser estímulo y escuela al contar con uno de los padres de esa guajira aplatanada de diez versos que es el poeta e investigador Renael González ,escritor que robustece como el Indio Naborí la lírica de este movimiento.

Reinaldo González, Pedro Guerrero, Rogelio Sánchez, Minón Carralero, Bartolo Pupo, Norge Batista y Noel Cala, estos últimos en pleno ejercicio devienen referencias por su actuación en controversias y jornadas cucalambeanas a todos los niveles y los que entregan a la más joven generación su técnica y estilo.

A partir de Alexis Díaz Pimienta, con su metodología de la improvisación y al grupo de niños repentistas que atiende Miguel Navarro como coordinador principal, la décima en Puerto Padre sigue fiel a esa variante que por fugaz no deja de tener su arraigo y atractivo en niños y adolescentes, con auténtica fuerza en el panorama provincial y nacional.

Uno de los grandes logros de ellos es insertar en esta generación el cultivo de uno de los rasgos más autóctonos de la cultura cubana: el repentismo, ahora con un nivel poético de increíble calidad.

Al grupo de niños y adolescentes repentistas El Chino Velazqueño de Puerto Padre lo consideran el más integral de la provincia, y cuenta con un grupo infantil acompañante, conocedores de la décima e integran en su espectrum la narración oral a partir de la espinela defendida por Samuel Martel y Doris Concepción, al tiempo de contar con Liliana Rodríguez, alumna que más promete en el diálogo controversial.

La incorporación de la poesía es un paso trascendente en la actual escuela de repentismo cubana, pues inserta la tradición literaria y la hace inherente al movimiento que nació con Jesús Orta Ruiz considerado el poeta decimista más importante del siglo veinte.

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