Gómez, hombre de victorias
Por Elizabeth Silva Rodríguez.
El Generalísimo Máximo Gómez Báez dominicano o cubano?, no importa su nacionalidad, sino sus ideas y amor a la causa de los cubanos, por eso vino a esta isla, impulsado por el deseo de independencia, libertad de los negros esclavos y criollos explotados por el colonialismo español.
El ingenio militar de Gómez brilló en cada combate y quedaron escritas para siempre en las páginas de la historia su habilidad en las contramarchas, emboscadas escalonadas y agotadores movimientos que obligaban doblegarse al enemigo.Los campos insurrectos cubanos supieron de su grandeza, la fortaleza de su brazo y de su mente, de las lecciones en el uso del machete como arma insuperable en esos tiempos; el enemigo temblaba al solo escuchar su nombre y con su llegada a nuestras tierras la lucha se consolidó y cobro extraordinario impulso.Aquel dominicano de sangre humilde y generosa conocía la obra de Bolívar, Sucre y San Martín, ellos inspiraron su amor por la causa de los explotados.
Estos tres grandes hombres les sirvieron como fuente de inspiración y conocimientos para comprender lo isnsólito de la esclavitud de los hombres y a radicarse como revolucionario.La historia demuestra que Máximo Gómez, el Generalísimo, es símbolo de desinterés, firmeza y altruismo se unió a los mambíses en 1868 contra la colonización española. Junto a Martí, redactó el Manifiesto de Montecristi, documento del partido revolucionario Cubano que constituyó el programa de la Revolución.
Estuvo al lado del apóstol desde los preparativos de la Guerra Necesaria hasta su muerte en combate.Gómez llevó la invasión de Oriente a Occidente, demostrando en cada combate arrojo, coraje, destreza en las artes militares, cualidades que lo distinguió, como soldado de talla de gigantes.
El amor del indomable mambí por esta isla era tan grande que ni la muerte de José Martí y Antonio Maceo lo detuvo en sus ansias de libertad.A pesar de la ocupación yanqui en 1898, el pensamiento del veterano de las Guerras se centró en la fundación de una Cuba soberana e independiente, de su posición intransigente emergió la desconfianza y recelo hacia los gobiernos norteamericanos.
El legado del Generalísimo Máximo Gómez Báez, trasciende de generación en generación, su pensamiento ético contribuye a la formación de valores, sus ideales políticos cobran más fuerza cada día, su anhelo de emancipación para los pueblos de América se materializa.
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