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Le nueva Ley Migratoria y las penumbras de quienes la cuestionan

Le nueva Ley Migratoria y las penumbras de quienes la cuestionan

Por: Julián Puig Hernández.

No faltan los que ahora, luego de las reformas migratorias aprobadas en nuestro país, hacen todo tipo de objeciones con el propósito de minimizar este importante paso.

Cuando se hizo el anuncio, hace ya un tiempo, empezaron las especulaciones desde el exterior donde se planteaban todo tipo de conjeturas sobre cómo funcionaría la nueva legislación y ahora, que es un hecho, hacen todo tipo de enmiendas y ajustes, tornados en exigencias populacheras.

Fueron muchos años de cuestionamientos e impugnaciones que en estos momentos, luego de un largo proceso de reflexión, se enrumba ajustado todo a nuestra realidad política y social.

Se sabía que las inconformidades iban a subsistir, pero nuestro país no actúa bajo presión de nadie, sino sujeto a su propia realidad y plegado a los intereses de un proyecto político. No se trata de cambiar el orden de las cosas para complacer las exigencias de otros.

Sin dudas esto pertenece a un proceso y como tal necesitará tiempo para ajustar algunos mecanismos que ahora no parecen prudentes practicar, pero todo ha de ir conforme al momento histórico.

Por lo pronto no pocos tendrán la oportunidad de visitar familiares o conocer otros horizontes en diferentes partes del mundo, y mantendrán las garantías de nacionalidad que impone la legislación.

En virtud de ello, ya se rumora desde el norte que la Ley de Ajuste Cubano, que aplaude e inspira la emigración ilegal, deberá sufrir importantes modificaciones, tantas que es probable anularla.

Se dan cuenta, ahora, que ese engendro ha servido muy poco a refugiar personas con tendencias políticas de extrema derecha y sí como catapulta a la emigración por razones económicas, solo que el show estaba funcionando de maravillas para los que históricamente se beneficiaban de ello y ahora resulta contraproducente.

Los que soñaron con visitar Estados Unidos, especialmente, y quedarse allá un tiempo para hacer ahorros y regresar a su país con alguna holgura económica, tienen ante sí un muro que limita esas pretensiones; es decir, ahora la bola está en el terreno contrario.

Escuchen bien lo que dicen hoy esos agoreros de la historia y compárese con lo que dijeron ayer. Lo que propusieron antaño es lo que se aprueba hoy; pero no están de acuerdo, porque a ellos se les paga, no por tener la razón, sino por estar siempre en desacuerdo.

Eso también se esperaba, estoy seguro de ello; pero como dije al principio, nunca se ha actuado para satisfacer exigencias de nadie, sino como fruto de la misma dinámica de nuestra realidad política y social de nuestro país.

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