La Protesta de Baraguá y su ascenso a la eternidad

Por: Julián Puig Hernández.

"Tengo ahora ante mis ojos la Protesta de Baraguá, que es lo más glorioso de nuestra historia", escribió José Martí, en alusión a un acontecimiento que distingue con creces, no sólo ese momento de indiscutible trascendencia, sino el devenir patriótico de los cubanos.

El capítulo histórico autentica la irrenunciable voluntad de hacer un mundo mejor para Cuba, aún en circunstancias extremas, cuando parece todo perdido. No desdeña para nada la continuidad de la lucha con las armas en las manos, a costo de cualquier sacrificio.

La Protesta de Baraguá es fiel reflejo del pensamiento revolucionario cubano, se mantiene presente desde entonces en todos los pasajes del proceso que culminó con el Primero de Enero de 1959 y está vigente, aún, en las duras pruebas del proyecto socialista.

Tuvo su Asalto al Cuartel Moncada, el Granma, la Sierra Maestra y luego Girón, la Crisis de Octubre, el Derrumbe del Campo Socialista, el Regreso del niño Elián y la lucha por la Libertad de los 5 héroes cubanos.

Pero la Protesta de Baraguá no es un problema nacionalista. Las denuncias de Cuba contra la desigualdad y en por un mundo mejor, en foros internacionales, con poco apoyo o sin él, es una manifestación clara de nuestra vocación altruista, heredada de allí de la manigua redentora.

Esa página de la historia, debe saberse muy bien, constituye la simiente del pensamiento y actuar de los cubanos de todos los tiempos.