La libertad entre rejas de René González

Por: Julián Puig Hernández.

René González está bajo libertad supervisada, entre rejas aunque no se vean, no es libre porque le está negado recibir visitas salvo las puramente familiares. Es como vivir en solitario, bajo la presión constante de la soledad.

René González no puede hacer vida social, le está prohibido hacer relaciones de cualquier naturaleza incluyendo a sus vecinos que debiera ser como el familiar más cercano que uno tiene. Está bajo ese castigo de guantes blancos.

Se dice, irónicamente, que tal régimen obedece a un programa de inserción social para los que cumplen largas condenas. Es una “ayuda” para que se adapte a vivir en un país donde no quiere hacerlo. Se trata de una imposición absurda y vergonzosa.

No es un castigo por haber mantenido una actitud digna ante las presiones y los chantajes de sus carceleros, como en realidad es. No, para nada. Ellos son bondadosos con sus programas de ayuda y por eso lo mantienen allí en un país inundado de drogas y armas de todo tipo en manos irresponsables que llenan las primeras páginas de los diarios con sangre inocente.

Esta libertad que le han impuesto a René, dicen que es para capacitarlo, para que aprenda nuevamente a andar por una selva salvaje, en la que él en parte estuvo para desbrozar los caminos que conducían al crimen en su país querido, Cuba.

¿Es posible modificar este tipo de “Libertad”?

Imposible porque lo que se quiere no es capacitarlo para que aprenda a vivir en sociedad pues eso él lo sabe hacer perfectamente, lo que se pretende es martirizarlo, ampliarle la condena.

René cumplió recientemente, ayer, 56 años y se siente orgulloso de ello, mantiene la lucidez de principios del primer día y no ceja en el empeño de tener junto a él a sus otros cuatro hermanos.

Eso molesta a quienes pretenden doblegarlo, pero él se mantiene ecuánime, sonriente y a la espera de que este absurdo de hoy, sea una mancha imborrable a la constitución de un país que se dice paladín de la democracia en el mundo.

René González es un hombre en el más estricto sentido de la palabra.