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Un día para la enfermería de todos los días

Un día para la enfermería de todos los días

Por: Julián Puig Hernández.

En Cuba no se va a los servicios de salud cuando no existe otra opción, sino al notarse alguna sintomatología que preocupa. Hay lugares (no pocos en el mundo) donde las personas sólo si ven que efectivamente la vida corre peligro se aventuran a gastar su dinero en una empresa que siempre tiene sus dudas en cuanto a prescripciones.

Por suerte, en la Mayor de las Antillas desde hace más de medio siglo se instrumenta un sistema que permite a todas las personas, sin excepción, recibir estos beneficios de manera gratuita, amén de los costos. Aquí se cumple la sentencia de que “a tiempo se gana tiempo”.

Ese personal de enfermería que te recibe en el consultorio del barrio, o en el cuerpo de guardia del hospital, tiene un adiestramiento especial que con sólo mirarte puede hacer un pre-diagnóstico y en virtud de ello, está facultado para agilizar el proceso de atención.

Miles de vidas salvan diariamente gracias a esa perspicacia, a ese cúmulo de experiencias sumado a los elementos teóricos que la sustentan.

Son los encargados de materializar las exigencias del especialista, pero además tiene entre sus responsabilidades la garantía de la vida de las personas. El personal de enfermería queda para hacer los chequeos sistemáticos, la toma de presión arterial, la temperatura corporal, la comunicación directa que permite tomar decisiones rápidas en caso de requerirse. 

Es el que más tiempo permanece junto a nosotros cuando necesitamos de sus servicios, el que hace de su actuación un momento oportuno para establecer una amistad que puede durar toda la vida, el que atempera tus nervios si la duda te invade.

Cientos de miles se han formado en esta humana profesión, tanto que posibilita a nuestro país dar ayuda a otros pueblos necesitados. En casos de catástrofe pueden verse en los lugares más riesgosos, viven o sobreviven en campamentos improvisados, concentrados en su labor, al lado de los que sufren, y están allí para curarles, entre otras cuestiones, el alma, que por lo general están heridas por las falsas promesas electoreras.

Ellos hacen de la virtud un instrumento para ganar todos los días un espacio en el largo camino del mejoramiento humano.

1 comentario

Lourdes Peña -

Esta es la realidad CUBANA y de la que estamos orgullosos, esta es gente de pueblo