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La sublevación del mundo

La sublevación del mundo

Por: Julián Puig Hernández.

“Hace falta una ONU verdaderamente democrática y no un feudo imperial en el que la inmensa mayoría de los pueblos no cuenta para nada. La ONU, fundada antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, está ya agotada. No permitamos que nos impongan el ridículo papel de reunirnos una vez más dentro de 12 meses para burlarse de nosotros. Hagamos sentir nuestra demanda y salvemos la vida de nuestra especie antes de que sea ya demasiado tarde”, aseveró el Comandante en Jefe Fidel Castro al concluir las dos partes de sus reflexiones La sublevación en la ONU.

Como es bien conocido, estas afirmaciones del Máximo Líder de la Revolución Cubana se refrendan con el documento: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, presentado por la delegación cubana por décimo novena ocasión al foro más importante del mundo y constituye el proyecto más discutido, más aprobado y nunca cumplido en la historia de las Naciones Unidas.

En honor a la verdad, el cónclave tiene muy poco que decir en materia de respeto a la libertad y soberanía de los pueblos, en primer término por el derecho a veto que poseen las superpotencias. Sin embargo, como es al menos una ilusión para lograr objetivos universales, no se puede cejar en el empeño de, al menos, disponer de un espacio donde plantear los problemas que sufre el universo.

En el caso particular de nuestro país, hemos tenido el privilegio de poder decir la verdad sin sonrojos, en virtud del pensamiento independentista que nos caracteriza pues, contrario a lo que le sucede a no pocos, no estamos comprometidos con los que se creen amos y señores del mundo: Estados Unidos y la Unión Europea.

Antes de hacer uso de la palabra el canciller cubano Bruno Rodríguez, intervinieron algunos representantes quienes manifestaron sus puntos de vista como acondicionamiento del terreno en el vital campo de batalla. “…la política de los Estados Unidos contra Cuba no tiene sustento ético o legal alguno, credibilidad ni apoyo. Así lo demuestran los más de 180 votos en esta Asamblea General de las Naciones Unidas que en los últimos años han reclamado que se le ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero.”

El representante de la Isla Mayor de las Antillas habló pausado, dando fuerza a su verbo en los momentos cruciales, sin soberbia, con solidez de principios y ética. Los argumentos del bloqueo contra nuestro país los desmorona la misma historia pues “Es amplio y creciente el consenso en la sociedad norteamericana y en la emigración cubana en ese país contra el bloqueo y a favor del cambio de política hacia Cuba. [...] el 71% de los estadounidenses abogan por la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos…”

Por otro lado, para los que quieren tergiversar las realidades históricas, se recordó que “Las sanciones contra Cuba permanecen intactas y se aplican con todo rigor. En el año 2010, el cerco económico se ha endurecido y su impacto cotidiano sigue siendo visible en todos los aspectos de la vida en Cuba. Tiene consecuencias particularmente serias en esferas tan sensibles para la población como la salud y la alimentación.”

Informó el Canciller cubano que “El daño económico directo ocasionado al pueblo cubano por la aplicación del bloqueo, supera en estos cincuenta años los 751 mil millones de dólares, en el valor actual de esa moneda.” Como un acto de absoluta valentía y para desinflar la arrogancia imperial, en virtud de sus históricos pronunciamientos, que exigen condiciones para la normalización de las relaciones bilaterales, dijo “El Presidente se equivoca al asumir que tiene derecho a inmiscuirse y a calificar los procesos que hoy tienen lugar en Cuba. Es lamentable que esté tan mal informado y asesorado. Las transformaciones que hoy emprendemos responden a los anhelos de los cubanos y a decisiones soberanas de nuestro pueblo. [...] No se proponen complacer los deseos o satisfacer los intereses del gobierno de los Estados Unidos, hasta hoy siempre opuestos a los del pueblo cubano”.

Como respuesta a la colocación de Cuba en la lista de Estados que, supuestamente, patrocinan el terrorismo internacional, Bruno sentenció “Este país no tiene la autoridad moral para hacer tales listados -que como regla tendría que encabezar- ni existe una sola razón para incluir a Cuba en ninguno de ellos”, y agregó “El gobierno norteamericano también mantiene el injusto castigo a los Cinco cubanos luchadores antiterroristas que sufren prisión hace más de doce años en sus cárceles, cuya causa ha concitado la más amplia solidaridad de la comunidad internacional”.

Más adelante sentenció “El propósito de Estados Unidos no es ayudar ni apoyar al pueblo cubano. Se sabe que el bloqueo provoca privaciones y sufrimientos. No provoca muertes porque la Revolución cubana lo impide. ¿Cómo podría explicarse que se castigue a los niños cubanos como se ha descrito aquí? Si se quisiera ayudar o apoyar al pueblo cubano, lo único que habría que hacer es levantar el bloqueo de inmediato”.

No obstante, para recordar las llagas que la historia no olvida y de las cuales son principales artífices los que hoy se creen los paladines del derecho internacional, el representante cubano afirmó “Estamos dispuestos a discutir sobre violaciones de derechos humanos. Podemos empezar por el campo de concentración de Guantánamo, donde se tortura y no existe el hábeas corpus. Es el reino de las ‘Comisiones Militares’, fuera del Estado de derecho. ¿Podría la delegación norteamericana explicar qué pasó en los campos de Abu Ghraib, Bagram y Nama?"

En abierta alusión al entendimiento el representante cubano dijo “¿Quieren cooperación entre nuestras universidades? Eliminen las restricciones a los intercambios académicos, estudiantiles, científicos y culturales y permitan establecer acuerdos entre esas instituciones.“¿Quieren cooperación contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de personas, los desastres naturales, el correo postal? Respondan, al menos, las propuestas que hemos presentado hace más de un año, sin condición alguna.” Denunció, además, que “Terroristas internacionales confesos como Orlando Bosch y Posada Carriles se pasean libremente en Miami e incluso hacen allí actividad política.

En respuesta a pronunciamientos hechos por representantes del Viejo Continente, sentenció “No le reconocemos autoridad moral ni política alguna para criticar en materia de derechos humanos. Haría mejor en ocuparse de su brutal política anti-inmigrantes, de la deportación de minorías, de la violenta represión contra los manifestantes y de la creciente exclusión social de sus desempleados y sectores de menos ingresos. El Parlamento Europeo, con toda desvergüenza y de manera infame, se dedica a premiar a los agentes pagados del gobierno de Estados Unidos en Cuba” Los imperialistas callaron, no los asistía ninguna razón moral ni ética para refutar los argumentos de Cuba.

Es la epopeya, sin dudas, de la sublevación del mundo porque como escribiera nuestro Héroe Nacional José Martí, en la Revista Ilustrada, de Nueva York, en el ensayo titulado Nuestra América “Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.”

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