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Puertopadrense

¿Dónde está Elpidio Valdés?

¿Dónde está Elpidio Valdés?

Por: Julián Puig Hernández.


Ya los olores del carnaval en Puerto Padre (los días 11, 12 y 13 de junio), son un hecho luego de cuatro años de interrupción por diferentes causas, todas justificadas. Este acontecimiento, registrado en la prensa local desde principios de la década del cincuenta del pasado siglo, ha ido incorporando poco a poco distintivos culturales que lo hacen puramente autóctono.


Existen en la memoria de los puertopadrenses, plazas como La Anacahuita, La Sombrillita, El Malecón, El Parque Martí, Los Caballitos, que son además referencias para la ubicación “nos vemos, a las ocho, en tal lugar…” Los rotulistas, ingeniosos y pícaros, utilizaban las pareces como espacios donde plasmar sus más inusitadas habilidades a favor de la fiesta, incitando al convite y dejando la impronta de algo irrepetible.


Sin embargo, ahora vemos con preocupación, algunas manifestaciones propagandísticas contrarias a las exigencias armónicas que tal acontecimiento exige.


Justo en la avenida de la Libertad hay largas estelas de tejidos como pulóver y pantalones cortos, autenticados con etiquetas reconocidas en el mercadeo, internacionalmente, pero también hay ya venta de discos compactos con música extranjera, en gran medida, y hasta telenovelas y películas de factura occidental.


Un kiosco, con preponderancia del color amarillo, tiene personajes de dibujos animados de Hollywood, que sugiere ventas muy distantes de lo que su gente propone. El fenómeno se ha criticado en diversos congresos de la UNEAC, UPEC, los sindicatos; sin embargo, lo tenemos en nuestro propio patio, importado de otras regiones del país, por lo que decimos ¡cuidado, en cuatro años no pueden haberse perdido los valores culturales del puertopadrense!


Obviamente, tales mercachifles sólo buscan ganancias y se valen para ello de cualquier ardid, pero alguien debe ponerle el cascabel al gato. La paradoja está en la construcción armónica del carnaval, pues la música será nacional de forma predominante y con especial factura del patio, los expendios de alimentos tendrán mayoría en el puerco asado, mariquitas de plátano y maíz tostado, las carrozas ilustrarán la más auténtica cubanía, con jóvenes de cintura estrecha y glúteos portentosos, cuyos movimientos no tienen que envidiar en nada a los mundialmente conocidos carnavales de Brasil.


Nuestro Héroe Nacional José Martí sentenció “nuestro vino, de plátano, y si sale agrio, es nuestro vino”. Ahora que el bullicio previo a la convocatoria a fiesta aumenta, no pocas personas ven tales anuncios y se preguntan ¿dónde está Elpidio Valdés?, en alusión al reconocido personaje de los dibujos animados cubanos.


Se extraña, no pocas veces, al cartel con el borrachito asido de una jarra de cerveza, o a la criollita de Wilson diciendo frases muy cubanas. Sin dudas de todo eso habrá, porque los puertopadrenses, tradicionalmente, han engalanado las áreas de baile con esos detalles y los mercachifles, ante el empuje de esas iniciativas, se sentirán como el oso polar en la selva tropical.

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